Frenar la propagación del sonido a partir de materiales o recursos constructivos que supongan un obstáculo reflector de mayor o menor efecto es uno de los objetivos prioritarios que persigue el aislamiento acústico.
Las actividades industriales generan un elevado porcentaje de inmisiones sonoras especialmente perjudiciales para la salud y que, por lo tanto, deben ser controladas siguiendo muy diversos parámetros. El aislamiento acústico es muy importante en diversos aspectos de nuestra sociedad, pero no somos conscientes de su relevancia hasta que no sufrimos la ausencia de dicho aislamiento. Para conseguir tal aislamiento se emplean barreras de materiales pesados y de gran densidad. En el momento en que las ondas sonoras se transmiten a una estructura edilicia, impactan generando un ruido estructural.
El ruido puede transmitirse por el aire y propagarse entre edificios a través de los cerramientos en forma de tabiques, forjados, cubiertas o fachadas. Frente a este tipo de ruidos aéreos se encuentran los llamados de impacto, generados por los pasos de personas, desplazamiento de muebles, instalaciones del edificio o caídas de objetos que generan una vibración tal en la estructura del edificio que puede llegar a convertirse en un foco sonoro.
Una de las formas más inmediatas de combatir este molesto sonido es interponer una masa suficiente entre la fuente emisora y la fuente receptora. Existe una amplia variedad de materiales que aportan estanqueidad y flexibilidad al aire. En el caso de que no sea posible alcanzar la masa suficiente, será conveniente complementar el aislamiento acústico con materiales que aporten absorción acústica.
Llegados a este punto conviene establecer una clara diferenciación entre lo que es aislamiento y absorción. Mientras con el primer término se hace alusión a la capacidad de impedir la propagación de la energía acústica incidente, el concepto absorción tiene como objeto la transformación de parte de esa energía incidente en calor.
Medidas para un aislamiento acústico eficaz
Para lograr un aislamiento eficaz, por ejemplo, en el caso del ruido aéreo antes especificado, el objetivo prioritario de este método es que las ondas sonoras pierdan la mayor cantidad posible de energía al atravesar el cerramiento. Cuanto mayor sea la energía perdida, mayor será el aislamiento.
En lo que respecta a los ruidos de impacto, el aislamiento persigue cortar el camino de transmisión de vibraciones mediante la interposición de materiales elásticos. En aras de alcanzar un adecuado aislamiento acústico en este campo se han de tener en cuenta varios factores como, por ejemplo, la estructura del suelo, el tipo de revestimiento del mismo como las moquetas o las características propias de la fuente de ruido (por ejemplo, el tipo de objeto que golpea el suelo).
Una de las etapas más importantes en el proyecto de aislamiento acústico es el seguimiento en obra. En este momento se decide si los cálculos previos al proyecto se corresponden o no con la medición final que exigen la mayoría de las administraciones públicas. Una de las primeras intervenciones en este caso es la incorporación de suelo flotante, que normalmente se presenta como una losa de hormigón de 5 a 10 cm de espesor apoyada sobre un elemento elástico, lana de roca de alta densidad y lámina de polietileno reticulado. Uno de los objetivos prioritarios de este tipo de elementos es evitar las uniones rígidas del suelo con el forjado y aislamiento acústico de las paredes, de tal manera que cualquier ruido no se transmitan por vibración a los recintos colindantes.
La limpieza a la hora de poner en marcha los trasdosados, suelos y techos es otro punto crucial en cualquier obra. Se ha de tener muy presente que los escombros, restos, arena o herramientas deben alejarse de cualquier solución constructiva destinada a la mejora del aislamiento acústico. Materiales como, por ejemplo, restos de mortero pueden formar puentes acústicos. Otro error en la puesta en marcha de los trasdosados es la caída de los tornillos entre la pared base y los perfiles metálicos.
Otra de las soluciones más empleadas son los amortiguadores de techo, útiles para todo tipo de recintos, desde bares o salas de ensayo de auditorios. Igualmente, se ha de tener muy presente en cualquier proyecto de aislamiento acústico aplicar una capa de mortero, de yeso o, incluso, atornillar una placa de yeso laminado al forjado que haga las veces de techo. En el caso del aislamiento acústico en paredes se ha de confirmar que no existen huecos ni grietas o cualquier rotura de los principales elementos base del local.
En Control Ignífugo emprendemos toda clase de proyectos de aislamiento acústico. Los materiales utilizados han sido sometidos a ensayos y todas las soluciones se certifican a la conclusión del proyecto. Si te interesa apostar por este tipo de acciones, llámanos y te ayudaremos en todo lo que necesites.