Restauración de edificios, fachadas o muros, mobiliario urbano, maquinaria industrial y agrícola como remolques u hormigoneras, todo tipo de maderas, enrejados, verjas y estructuras metálicas como puentes son algunas de las muchas aplicaciones del chorro de arena como solución eficaz contra la corrosión.
La gradual destrucción y desintegración de los materiales conocida como corrosión, cuya acción es debida fundamentalmente a un proceso electro-químico o de erosión, tendrá efectos considerables sobre aquellos productos de acero. Algunas de las acciones que podrían ser de utilidad para frenar el avance de este desgaste pasarían, por ejemplo, por recubrir el acero normal con zinc o con plásticos especiales resistentes a dicho deterioro.
Igualmente, se podría en envolver el acero con pinturas especiales en aras de proteger toda su estructura. Las superficies a pintar se deberán de limpiar cuidadosamente a partir de un cepillo de acero o mediante chorro de arena. La capa inferior deberá de consistir en un imprimador basado en zinc.
Chorro de arena contra la corrosión
Cuando se trata de limpiar una superficie para mejorar su apariencia o evitar los efectos de procesos de desgaste como la corrosión, la técnica del chorro de arena resulta realmente eficaz. Se trata de un sistema a partir del cual se expulsa este material granular a partir de un chorro a presión con el objetivo de limpiar, lijar y eliminar residuos de muy diversas superficies. Los tipos de arena y el grosor del grano dependerán del espacio a tratar y los resultados que se pretenden alcanzar.
Como se comentaba en líneas anteriores, a pesar de que el chorro de arena es una técnica idónea para la limpieza de fachadas, también ayudará a eliminar los restos de pintura de las estructuras metálicas, preparándolas de esta forma para aplicar una nueva capa. El chorro de arena no solo favorecerá la prevención contra la oxidación, sino que también aumentará la resistencia del material a la corrosión.
Este método también es de utilidad para acabar con la presencia de rebabas, decapar pinturas en piedra, morteros, piscinas, preparar las superficies antes de tratarlas para conseguir una mayor rugosidad, renovar o eliminar la calamina (mineral compuesto de silicato hidratado de cinc).
Con el chorro de arena sería posible quitar pintura, residuos y óxidos fuertemente adheridos a las superficies que únicamente con agua a presión sería muy complejo de eliminar. Los procesos de chorro de arena pueden realizarse en seco o en húmedo. Tanto en uno como en otro caso se logrará acabar con las partes sueltas y generar una superficie sólida y fina. Se pueden emplear sistemas que recuperan la arena empleada, aspiran el polvo y las secciones del material donde se aplica la arena silícea.
En la modalidad de chorro de arena húmedo, suele utilizarse un dispositivo para lograr este efecto y evitar así emisiones al medio ambiente.
Lo mejor de todo este sistema es que no daña las superficies, ni tan siquiera en aquellas que son más delicadas como el vidrio o la madera. No obstante, se debe de considerar que, debido a la delicadeza de todo este proceso y a la necesidad de manipular la maquinaria y técnica apropiadas, este tipo de trabajo debe de ser realizado por un equipo altamente capacitado y con experiencia en la materia.
En Control Ignífugo somos conscientes de la importancia del chorro de arena como solución eficaz contra la corrosión. Por ese motivo, lo aplicamos para la limpieza de estructuras metálicas. Para más detalles, llamadnos y os informaremos al respecto.