Potenciar al máximo la protección pasiva contra el fuego, especialmente en el caso de los edificios en altura, centrales nucleares o plantas industriales, es posible a partir de unos adecuados conductos de ventilación y extracción de humos.
Resistencia al fuego en conductos de ventilación y extracción de humos
La sectorización de los edificios, que es tan relevante para frenar el fuego y obstaculizar su propagación, puede verse seriamente afectada por las muy diversas instalaciones necesarias para el uso normal del propio edificio como es el caso de la propia red de conductos, tanto de ventilación como de extracción. El deterioro de tales elementos, generalmente metálicos, puede contribuir al avance del fuego, originando puntos de paso o, incluso, acabar con el propio elemento de separación.
Es preciso, desde el punto de vista normativo, mantener la resistencia al fuego en los puntos en los que los elementos de compartimentación son atravesados por los accesorios de las instalaciones tales como las tuberías, cables o los propios conductos de ventilación. En aras de reforzar la protección contra el fuego se podría, por ejemplo, instalar compuertas cortafuegos automáticas en la zona de paso para cerrar el propio conducto en el supuesto de que se produzca un incendio. Tales elementos nos ayudarán a realizar de manera efectiva la sectorización a partir de paredes o forjados de diferentes sectores de incendio. Una vez han sido colocadas tales compuertas, estas últimas deben ser convenientemente ajustadas mediante el sellado del espacio colindante.
También se puede aislar el conducto a partir de la utilización de techos resistentes al fuego o mediante su concentración en un minisector, mediante su compartimentación con elementos de cerramiento. Se ha de tener muy presente, por otro lado, que la importancia no solo reside en el material del que estén confeccionados, sino en el propio sistema de fijación y montaje, debiendo de cumplir con las exigencias y requisitos propios de soporte en caso de incendio durante el período de tiempo estipulado.
Los conductos de protección contra el avance y propagación del fuego se realizan, por lo general, de placas rígidas o, incluso, proyecciones con mortero. El humo no solo es perjudicial por su elevada toxicidad, sino también por su ascendente temperatura y por la confusión que puede generar entre las personas debido al temor despertado en su interior frente a la escasa visibilidad.
Algunos de los elementos empleados para reforzar la resistencia al fuego son, por ejemplo, las placas de silicatos, recubiertas con fibras integradas en una base mineral. Toda su composición, constituida por un silicato cálcico hidratado sintético de forma esférica, proporcionará un mejor aislamiento en caso de incendio. Por su parte, la lana de roca es idónea para los conductos de ventilación de chapa circulares y rectangulares.
En Control Ignífugo somos conscientes de lo importante que es la protección pasiva en estos conductos y su resistencia al fuego, por ese motivo hacemos uso de conductos de ventilación y extracción de humos realizados a partir de paneles de silicato, así como conductos de chapa protegidos mediante proyección de mortero de vermiculita o, incluso, a través de panel de lana de roca.